3.
Sentarte a la puerta con tus vecinas del pueblo
¡Estás harta de la ciudad! En cuanto tienes un rato libre lo que quieres es huir del agobio y del mundanal ruido. Por eso tu plan perfecto es irte al pueblo, sacar tu sillita de playa a la puerta en cuanto empieza a oscurecer y charlar hasta que el cuerpo aguante.
La verdad es que los clásicos nunca pasan de moda... por eso, para estar AlFresco un buen clásico como el vestido Solsticio te viene que ni pintado.